La
idea central en el Psicoanálisis es proponer un modelo lógico
para entender el comportamiento de la conciencia. Se define a la
conciencia como la entidad estructural derivada de la
interacción neuronal que permite establecer modelos sobre la
realidad. En otras palabras, es la forma en que se
vinculan las neuronas para poder percibir la realidad de un modo
dado.
Entendido
esto, hace falta saber en qué casos se presenta la percepción
de la realidad para así entender cuándo se presenta la
función de la conciencia. Dicho esto, la percepción de
la realidad se verifica cuando los sentidos (gusto,
olfato, oído, vista y tacto) detectan estímulos
y hay en consecuencia una acción razonada. Es
posible que haya el estímulo, pero si no se presenta una
acción razonada consecuente, significa que no hay percepción
de la realidad. Entonces, para el estudio de la conciencia se
requiere de los sentidos.
Una
vez establecida la forma de entender la función evidencial de
la conciencia es necesario establecer qué ocurre si la
conciencia no se presenta. Particularmente, una conciencia no
presente según la evidencia implica que no exista una forma de
actuar frente a los estímulos de los sentidos. Esto es, las
estructuras del raciocinio en el cerebro dejan de funcionar y no hay
acción de consecuencia. Sin embargo, esto no significa que el
cerebro no presente acciones alternas, independientes del raciocinio,
sobre los estímulos. A aquellas acciones que son consecuencia
de los estímulos pero no derivadas del raciocinio pueden
conocérselas como subconsciente.
Medir
al subconsciente depende de las estructuras o formas de funcionar de
las neuronas en ausencia de la función racional, el
raciocinio. De allí se deriva un hecho fundamental para la
experimentación: el subconsciente se verifica de acuerdo
a las respuestas inmediatas, no premeditadas, que se tienen tras un
estímulo. Esta forma de experimentación es
crucial porque es una de las formas de acceso al subconsciente más
importantes que existen.
El
ejercicio de verificación del subconsciente consiste en
establecer una serie de estímulos (auditivos, visuales,
olfativos, etc.), una serie de palabras, dibujos, aromas, etc., que
orillen a una acción en el participante de la medición
en cuestión, de tal forma que sin pensarlo previamente pueda
exponer un acto consecuente, ya sea una palabra dicha inmediatamente,
una pose corporal tomada inmediatamente, etc. Todo aquello que el
sujeto no medite previamente tras la respuesta es parte de los datos
que ofrece el subconsciente.
El
interés final es entender el porqué de las decisiones
sin premeditar que conforman la base de las decisiones conscientes:
para tener una acción consciente es necesario que haya una
acción subconsciente, puesto que el raciocinio necesita de
premisas dadas para su análisis, elaboración de
deducciones, mismas que provienen de una fuente independiente, el
subconsciente. Sólo con el ejercicio de verificación
del subconsciente, la asociación libre, es
posible averiguar cuáles son las formas de acción
conscientes de un individuo ante tales o cuales estímulos que
inicialmente convocan al subconsciente y posteriormente a la
conciencia.
Los
datos que arroja el subconsciente dentro de su evaluación
deben ser registrados a lo largo de distintas sesiones de estudio en
distintos momentos de la vida del individuo; no es cuestión de
un día. Así, ante un mismo estímulo, expuesto de
una forma impredecible, inesperada, el individuo expondrá
distintas formas de expresar el mismo efecto del subconsciente. El
hecho es, hay que tratar de perseguir la relación causa-efecto
entre un estímulo y su consecuencia de forma estadística,
es decir, cuántas veces ocurre esta relación en
proporción a las veces que se dirige el estímulo.
Una
vez obtenida la serie de datos sobre el subconsciente es posible
establecer heurísticamente 1) las acciones que concientemente
puede tomar el individuo de acuerdo a un estímulo dado y 2)
las acciones que se presentan en función de otros eventos
donde el subconsciente constituye la única forma de expresión
del individuo. Un caso muy particular del segundo punto son los
sueños. Son estos formas de expresión, de respuesta,
del subconsciente ante el acto de dormir, cuando la conciencia no se
presenta pero la actividad cerebral no cesa. De acuerdo a la
descripción de los sueños y los datos estadísticos
del subconsciente se pueden confirmar qué estímulos
fueron preservados en la memoria y recordados durante el sueño
para ser finalmente expresados. Esto es de relevancia puesto que
algunos estímulos son puntualmente influyentes, importantes en
la vida del individuo, importantes en la actuación consciente
de la persona en cuestión, retomando el punto 1).
4
de Octubre de 2012
"El hecho es, hay que tratar de perseguir la relación causa-efecto entre un estímulo y su consecuencia de forma estadística":
ResponderEliminarInconvenientes que encuentro a esta afirmación:
1. ¿Por qué tiene que haber una relación causal? ¿Está demostrado formalmente que haya de existir?
2. En el caso de que existiera, ¿seríamos capaces de diferenciar correlación de causalidad? Ejemplo
3. La batería de tests y el reconocimiento médico, les permite diagnosticar trastornos psiquiátricos bastante rápidamente.
Saludos :D
Hola. :D
Eliminar1. Existe la relación causal porque la misma entidad, el cerebro, la permite (se estudia «el vínculo entre las neuronas que permite percibir la realidad»). Los estímulos influyen necesariamente en la conciencia.
2. Existe forma de diferenciar las correlaciones: las correlaciones se presentan porque sólo en ciertos casos las causas generan ciertas consecuencias, pero al matizar las causas, sus consecuencias no se matizan.
3. La batería de tests sólo funcionan cuando la conciencia que estudia a otra conciencia es objetiva y capaz de inferencias entorno a las relaciones entre la percepción y la conciencia.